No cacho, esto es nuevo.
Pero la cosa pinta para mal.
Algo en mi se aferra a un estado constante de insensibilidad,
A la falta de la que es una de mis grandes características,
La pro actividad, estar a la vanguardia de todo.
Antes podía ilusionarme con lo que fuera:
La música, la niña que me gusta,
La pintura, la montaña, lo que fuera.
Ahora, claro, sigo adelante.
Sigo siendo músico, sigo subiendo montañas,
La niña mm ese es otro cuento, pero no tiene nada que ver.
En fin, sigo un ritmo aparentemente normal
De hecho, sigo moviéndome a un paso más o menos uniforme
Comparado al menos a como ha sido siempre.
Pero algo cambió… las referencias?
Veo todo mucho más lento,
Todo terriblemente inútil.
Pienso unos veinte siglos por adelantado.
Cada movimiento que ejecuto está sujeto a un juicio de espiritualidad:
Todo es en vano.
Se me ocurre que esto tiene que terminar.
Bueno, todo termina.
Pero esto me ha tomado mas tiempo que de costumbre.
Y entre mas inerte me mantenga,
Entre mas mantenga esta lenta velocidad
Más costará detenerme.
Llega un momento en que solo un choque te detiene.
Ahora lo que me saque de mi trayectoria tendrá que ser
Mil veces más fuerte, mil veces más rápido,
Un millón de veces más intenso que todo lo anterior.
Y, aunque no tengo miedo, eso es lo que me preocupa.
Porque mi condición llama al evento.
Como no ha de hacerlo si las distancias con los demás se han hecho abismales.
Entre yo y los demás, sobre todo de las personas que pesan,
Hay un inmenso elástico.
Pueden (o puedo) alejarse
Lejanías siderales, pero siempre han (o he) de volver.
Quizás ese vínculo se puede romper.
Quizás no hay retorno.
Quizás mi mente y mi cuerpo
Se aferran a este lugar en el mundo
Porque presienten que detrás de ese límite
No hay vuelta atrás.
Nunca antes pretendí regresar atrás en los pasos que he dado.
Pero es natural en nosotros, es natural en mí
Que mi propia existencia se niega a inexistir.
Mi decisión?
No está subyugada a mi conciencia
No a mi intelecto
No a mi mente
No a mi cuerpo.
Entonces?
Estoy bajo el orden arquetípico
De un destino que solo me corresponde
En el punto donde de la realidad se inflexiona.
En esa encrucijada donde los brujos ensueñan,
Donde se forjan los mundos alternativos
Que surgen del inconciente.
Donde la mente se abandona
y el cuerpo fallece.


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