“Me encuentro junto a este hombre a la orilla de una amplia playa. El día es frío y gris, el viento, el único suspiro. Espero. Pacientemente espero. No tengo el valor para interrumpirlo. Su mirada fija en el horizonte baja hasta un punto indefinido a sus pies, sus manos buscan cada una en su respectivo bolsillo.
-Siéntate no mas G. Tenemos la suerte de no ser milicos- Dice esto encendiendo un cigarro. Lo hace cuidadosamente como si lo encendiera hace 20 o 30 años atrás. Aspira y sus ojos miran la misma playa. La playa le devuelve la mirada: “Que viejo estás”. El viejo sonríe -¿Y que esperabas? Son dos décadas…- Lo miro extrañado -No me hagas caso, cosas de viejos achacosos- Intenta levantarse, pero la playa no se equivocaba. Me levanto y lo ayudo. De nuevo en el presente su rostro se ha endurecido, es hora de hablar de negocios supongo.”

1 comentario:
Durante el 18 un día se me ocurrio la brillante idea de viajar de Papudo a Valpo en esas micros inter regionales... En las 3 de las 4 horas de viaje (que en auto son máximo 45 minutos) tuve la oportunidad de observar a un hombre bien especial y urdi en mi mente un cuento sobre él en base a todo lo que había visto durante esas 3 horas, después que lo repeti en mi cabeza a modo de resumen me di cuenta de lo sórdido que era y me pregunté ¿cómo mi cabeza creo algo así? creo que no lo haré oficial jamás.
Saludos!!
P.D: me siguen gustando tus cuentos lolito
P.D2: no sé porqué te conté eso xD que atróh.
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